Dice que la mayor amenaza a la Iglesia es interna; llama a la purificación y niega confrontación con laicos
LISBOA (Agencias).— El Papa Benedicto XVI dijo ayer que la crisis de los abusos sexuales a menores por parte de sacerdotes debería hacer que la Iglesia admitiera la "aterradora" verdad de que su mayor amenaza proviene del "pecado dentro de la Iglesia".
En comentarios a los periodistas en el avión que lo condujo a Lisboa, Benedicto XVI dijo que en los casos de pederastia cometidos por sacerdotes "el perdón no sustituye a la justicia" y que estos escándalos evidencian que la gran persecución de la Iglesia no viene de fuera, de enemigos externos, sino de su interior, de los pecados que existen en ella".
Benedicto XVI dijo que la Iglesia tenía una "necesidad muy profunda" de reconocer que debe hacer penitencia por sus pecados y "aceptar la purificación".
El principal propósito del viaje de cuatro días del Papa a Portugal es visitar el santuario de Fátima, donde se dice que la Virgen se apareció a tres niños pastores en seis ocasiones en 1917.
Según Benedicto XVI, los ataques contra el Papa y la Iglesia habían sido ya anticipados por la Virgen María en sus apariciones a los tres niños pastores en la pequeña población portuguesa de Fátima, verificadas en 1917.
"La Iglesia tiene una profunda necesidad de volver a aprender la penitencia, de aceptar la purificación, de aprender el perdón, pero también la necesidad de justicia, ya que el perdón no sustituye a la justicia" aseguró. El Obispo de Roma afirmó que, aunque "el mal ataca", el bien siempre está presente, Cristo es más fuerte que el mal y la bondad de Dios tiene la última palabra en la historia".
Niega confrontación con laicos
Ya en Lisboa, el Papa se refirió a las relaciones Iglesia-Estado y dijo que la Iglesia está "abierta" a colaborar "con quien no la margine ni pretenda reducirla a la esfera privada". "No se trata de una confrontación de un sistema laico y religioso", aseguró Benedicto XVI.
Miles de jóvenes acudieron ayer a dar una serenata nocturna al Papa, que salió al balcón de su alojamiento para agradecer el gesto y pedir, con buen humor, que le dejaran dormir para estar descansado en su segunda jornada en Portugal.
El Pontífice saludó en portugués a los jóvenes que se agolpaban ante el balcón de la Nunciatura Apostólica y le dieron la última muestra de afecto de una jornada en la que decenas de miles de lisboetas salieron a las principales calles y plazas de la ciudad para vitorearle a su paso.
Misa multitudinaria
El Obispo de Roma recorrió en "papamóvil" varios kilómetros para ir y volver de la misa multitudinaria que ofició en las orillas del Tajo hasta la sede de la Nunciatura, donde se hospedó en la primera noche de su viaje a Portugal antes de partir, hoy, al santuario de Fátima. Unos 9 mil policías vigilan la visita papal.
Casi 90% de la población de Portugal es Católica, pero sólo 2 millones de los 10.6 millones que viven en el país se describen como practicantes del catolicismo. Sin embargo, el sentimiento religioso es fuerte en el país.
En las últimas semanas, varios responsables del Vaticano acusaron a los medios de comunicación de impulsar una campaña de calumnia contra la Iglesia, llegando un alto cargo vaticano a negar informaciones de que se hubieran encubierto los abusos, calificando esta noticia de "chismorreo mezquino". El Pontífice alemán, de 83 años, afronta la peor crisis en sus cinco años de Papado.
El Papa aceptó el sábado la dimisión del obispo de Ausburgo, Walter Mixa, que fue acusado de haber cometido abusos contra menores. Se trata del primer prelado superior que dimite en Alemania, y ocurre dos semanas después de que un obispo belga dimitiera tras admitir que había abusado de un menor.
El obispo irlandés James Moriarty también presentó su renuncia en abril, alegando que no atajó los abusos sexuales de sacredotes cuando era prelado auxiliar de Dublín entre 1991 y 2001.
El Universal
12 de mayo de 2010
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