TRES ELEMENTOS PARA IDENTIFICAR SECTAS DESTRUCTIVAS: ENTREVISTA CON EL DOCTOR JORGE DE LA PEÑA Y LA SOCIÓLOGA ELIZABETH DÍAZ
—Las sectas pueden considerarse destructivas cuando lesionan la integridad psíquica o física de sus adeptos— explica el psicólogo y psiquiatra Jorge de la Peña Martínez, perito de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Generalmente se trata de grupos pequeños manejados por una minoría de privilegiados, sometidos a su vez a un líder, cuya personalidad suele presentar rasgos psicopatológicos. El control sobre los seguidores es total y en ocasiones éstos se ven incluso empujados a cometer suicidio en nombre de su guía o sus creencias.
Por tales episodios extremos —como los ocurridos en Guyana en 1978 o en Waco, Texas, en 1993—, muchos suponen que las sectas destructivas son grupos detectables a simple vista, aunque no siempre es así. Lo cierto es que la gran mayoría emplea técnicas de coerción psicológica tendientes a reformar el pensamiento al estilo del "lavado de cerebro" empleado por los regímenes chino y soviético entre los años 60 y 80 del siglo pasado.
El psiquiatra neoyorquino Robert Jay Lifton, estudioso de los traumas causados por la guerra y los campos de concentración, definió en su obra La reforma del pensamiento y la psicología del totalitarismo8 criterios para caracterizar el "lavado de cerebro" a partir de las técnicas utilizadas por el régimen de Mao Tse Tung para convertir a los presos políticos a la ideología comunista (ver recuadro).
Actualmente muchos médicos, psicólogos clínicos y sociólogos, toman los criterios de Lifton como referencia para determinar si algún grupo, religioso o no, se vale de medidas coercitivas para manipular la conducta de sus partidarios a través de una técnica gradual de "reforma de pensamiento": —El manejo de estas técnicas de coerción psicológica establece el criterio clave para llamar "secta" a una agrupación— señala De la Peña.
La mayoría de las sectas modernas utilizan una versión atenuada del "lavado cerebral", denominada por los expertos "reforma del pensamiento", para controlar a sus miembros. El psiquiatra John Hochman —profesor clínico asistente de psiquiatría en la Universidad de California en Los Ángeles— asegura que «las sectas utilizan una tríada de elementos que se refuerzan entre sí: el milagro (pensamiento mágico alrededor del dirigente), el misterio (ocultar la práctica, creencias reales y agenda del grupo) y la autoridad».
De acuerdo con el doctor De la Peña y la doctora Elizabeth Díaz Brenis (profesora-investigadora de la Escuela Nacional de Antropología e Historia y Directora del Centro de Estudios de Religiones Contemporáneas) las sectas hoy se valen también de una nueva herramienta para reclutar miembros: los foros de discusión o de charla (chat) en Internet, idóneos para captar adeptos.
LOS 8 CRITERIOS DE LIFTON Control de la comunicación. El grupo decide con quiénes se comunican y relacionan los adeptos, y limita sus fuentes de información. Misticismo artificial. Velas, incienso, rezos o mantras, música y otros elementos son usados para crear un ambiente "especial". Vocabulario propio. Fomenta la sensación de pertenencia. Primacía de la doctrina sobre la persona. Los preceptos dictados son más importantes que la experiencia de cada individuo en su comprensión de la secta. Infalibilidad del dogma. La palabra de los líderes son sagradas, pues provienen de la divinidad. Confesiones públicas. Establecen lazos de complicidad entre los miembros de la secta. Demandas inalcanzables de pureza. Provocan en los sectarios vergüenza y culpa constantes, que los vuelven más susceptibles de ser manipulados Poder sobre la vida. La secta decide quién tiene derecho a vivir y quién no y aun quién se salvará o no en el más allá, según su adherencia a las normas del grupo. |
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