Muchos creyentes juzgan innecesario el estudio de esa materia. Afirman que no nos interesa estudiar las herejías, sino tan sólo la Palabra de Dios. Sin querer criticar a los que piensan de esa manera, juzgamos que los motivos siguientes -entre otros muchos- son suficientes para llevarnos a estudiar las religiones y sectas falsas. El estudio de las mismas:
- Nos capacita para combatirlas. El apóstol Pablo conocía las falsas doctrinas y luchó arduamente contra ellas. Es preciso que conozcamos al enemigo con el que nos vamos a enfrentar. Mientras más conozcamos sus tácticas y su naturaleza, más probabilidades tendremos de vencerlo (Gálatas 1:8).
- Nos auxilia en la evangelización. No sabemos qué clases de personas nos vamos a encontrar cuando predicamos el Evangelio. Si conocemos sus doctrinas, nos será más fácil hablar del amor de Dios. Es necesario que el cristiano conozca la verdad para poder combatir la mentira. Por eso es que, además de conocer las sectas falsas, el cristiano debe poseer un buen conocimiento de la Palabra de Dios, la Biblia.
- Aumenta nuestra fe. Cuando nos tropezamos con las doctrinas de las sectas falsas, la mayoría de las veces ridículas y sin fundamento, tenemos más seguridad en lo que hemos creído. De ahí que podemos decir como Pablo:
"... porque yo sé a quién he creído, y estoy seguro que es poderoso para guardar mi depósito para aquel día" (2 Timoteo 1:12).
- Aumenta nuestra responsabilidad. El cristiano es personalmente responsable de buscar el conocimiento de la verdad y combatir la mentira. Estar contra el error y la mentira sin vestir la armadura de la verdad, es falta de responsabilidad cristiana.
"Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la armadura de la justicia,... y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios" (Efesios 6:14, 17).
Gracias por la ayuda
ResponderEliminar